Después de tanto tiempo, por fin tuve la
oportunidad de poner en práctica las pesquisas, el telemarketing, las
relaciones públicas, el volanteo y la publicidad boca a boca; lástima que haya
sido una mala experiencia.
Lo bueno de las malas experiencias, es que te
das cuenta de que errores no debes cometer con los clientes, en mi caso llegue
a una empresa que todo sonaba tan bonito desde las estrategias hasta los
servicios que vende, entonces apareció el mal trato al cliente y me decepcione.
No sé por dónde comenzar para describir la
situación mal vivida, así que comenzaré por decir que la empresa en la que
estaba trabajando venden cursos aplicando estrategias de precios y publicidad
boca a boca; el único problema aquí es que se olvidan que el cliente es primero
y no el sueldo del personal.
Prefiero evitar decir que tipo de cursos vende
esta empresa por respeto, pero todo comenzó cuando uno de los altos mandos
tenía en cita a un futuro cliente para vender un curso, el cual ya estaba
decidido en tomarlo pero comenzó a dudar tantito en su adquisición, así que la
persona que estaba a cargo de este
cliente al no ver una respuesta inmediata se enojo y trato mal a esta persona
que hasta entonces era un futuro cliente; él se molesto también, pero muy
educado sin groserías le agradeció y dijo que él nunca recomendaría a la
empresa por el trato que recibió.
A lo que voy, es que una de las estrategias que
ellos utilizan es la publicidad boca a boca
a través de cartas de recomendación, en la que los alumnos explican lo
bien que van y que les está pareciendo el curso a mitad de este; solo que la
empresa no tiene bien definido que la publicidad boca a boca puede ser negativa
o positiva y de distintas formas.
La publicidad boca a boca siempre está presente
en el marketing electrónico, la tv, la radio, los espectaculares, etc., en donde siempre habrá alguien que diga lo
vi, lo escuche, lo leí, en internet, me gusto, no me pareció, etc.; por esta
razón siempre hay que ponernos en los zapatos del cliente, cuidando nuestras
palabras y el trato, porque de ellos va a depender nuestra buena imagen como
empresa; es importante que no olvidemos que aunque formemos parte de una
empresa, siempre seremos clientes de otras
y jamás hay que olvidar que el cliente es primero.
Así termino con mi primera experiencia de
publicista, concientizando el buen trato a los clientes porque ellos siempre
serán lo primero y hay que darles lo que ellos piden o si no se puede darles
opciones para que ellos queden
satisfechos con nuestros servicios y
logremos que nos den una publicidad boca a boca positiva.
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